1. Un jardín tranquilo en el corazón de la ciudad

Situado en el corazón de la ruidosa y ajetreada ciudad de Río de Janeiro, visitar este parque te permitirá disfrutar de un escondite de tranquilidad y paz en el centro de la capital brasileña. Este jardín es una actividad perfecta para todos.

Lleva a tu familia para una divertida excursión a la sombra de los gigantescos árboles de bambú, o con tus amigos para disfrutar juntos de este lugar único, incluso solo para evadirte durante unas horas. 

Hay diferentes maneras de visitar este hermoso jardín:

En una visita guiada para conocer mejor este paraíso de la biodiversidad, en bicicleta para añadir una actividad física o a pie para disfrutar plenamente de este relajante lugar. ¡Todas las formas son buenas!

Al final de la visita, diríjase a la zona de restaurantes para saciar su sed o descubra el Parque Lague situado al lado.

2. Una impresionante variedad de especies

Este jardín es un lugar que permite a los visitantes y a los lugareños disfrutar durante unas horas de la diversidad de la flora brasileña y mundial.

Con una superficie de 540.000 m² (un total de 137 hectáreas) y más de 8.000 especies de plantas diferentes, ¡este jardín está en el top 10 de los mayores jardines botánicos del mundo!

Con cascadas, puentes, manantiales y palmeras gigantes que alcanzan una altura comparable a la de 15 plantas de un edificio, ¡no le decepcionará!

3. Un jardín dividido en zonas únicas

Como habrá comprendido, este jardín botánico cuenta con una gran variedad de especies, por lo que está separado por temas en varios jardines pequeños. Encontrará jardines tropicales, relajantes jardines japoneses, hermosos callejones de impresionantes palmeras, invernaderos de cactus, coloridos invernaderos de orquídeas y mucho más.

Uno de los lugares más reconocidos de este jardín es, sin duda, el Callejón Barbosa Rodrigues, un callejón de palmeras que termina con una espléndida fuente del siglo XIX.

4. Sorpréndase con animales inusuales

Además de esta excepcional biodiversidad, el jardín botánico de Río de Janeiro también es rico en animales. Mientras pasea, puede oír ruidos o crujidos de ramas, no se alarme, son simplemente monos, tucanes y otras aves de colores que disfrutan de este parque. Este aspecto vivo añade un notable encanto a esta biodiversidad.

5. Un jardín cultural de importancia mundial

El Jardín Botánico de Río fue fundado a principios del siglo XIX, por Juan VI de Portugal, en la base del Cristo Redentor y abrió sus puertas al público por primera vez en 1822.

En 1992, el Jardín Botánico de Río de Janeiro fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y unos años más tarde pasó a formar parte de la Reserva de la Biosfera de la Mata Atlántica.

Hoy, este jardín se ha convertido en un importante símbolo de la capital.