¿Cómo prevenir y reconocer las enfermedades en el huerto y el jardín ornamental en verano? 

En verano, el calor y la humedad favorecen la propagación de enfermedades en el huerto, la huerta y el jardín ornamental. La mejor manera de combatir las enfermedades es prevenirlas, por lo que es importante anticiparse a ellas ofreciendo las mejores condiciones de cultivo a las plantas, pero también saber diagnosticarlas para orientar mejor los tratamientos. 

Más vale prevenir que curar.

Las enfermedades que proliferan en el jardín en verano, como el oídio, el moho gris o el mildiu, están causadas por microhongos. Unas simples acciones preventivas limitarán los daños, ya que una vez declaradas, estas enfermedades son difíciles de controlar. 

Acciones preventivas: 

  • Una planta que sufre es más sensible a las enfermedades y a los parásitos. El estrés hídrico, un sustrato inadecuado, una plantación demasiado estrecha o incluso una carencia o un exceso de nutrientes pueden hacer que las plantas sean más frágiles. Revisa las condiciones de cultivo para corregir los parámetros deficientes. 
  • Plante variedades resistentes, como tomates, pimientos o melones, que han sido identificadas como no susceptibles a las enfermedades más comunes.  
  • Los microhongos que causan las enfermedades criptogámicas necesitan humedad para desarrollarse. El riego debe hacerse al pie de las plantas y no sobre el follaje. 
  • Acolche la base de las cucurbitáceas, los tomates y las fresas para protegerlas de las salpicaduras de tierra y agua, ya que muchas enfermedades permanecen latentes en el suelo. 
  • Utiliza los purines de las plantas para prevenir enfermedades y parásitos. Las decocciones de ajo y los purés de cola de caballo son los más eficaces para prevenir las enfermedades criptogámicas. La purina de ortiga servirá para fortalecer las plantas. 
  • Corte y queme las partes afectadas, acordándose de desinfectar las hojas de las tijeras de podar entre cada planta para no propagar las enfermedades. 
  • No dejar nunca que las hojas o los frutos enfermos se pudran en el suelo. 
  • En el huerto, eliminar todos los frutos enfermos y no dejar que los frutos se momifiquen en el árbol porque son verdaderos reservorios de enfermedades. 

Reconocer las principales enfermedades para orientar mejor los tratamientos 

  • Oídio: fieltro blanco y filamentos discretos. Esta enfermedad se desarrolla cuando el tiempo es húmedo y las temperaturas aumentan. Muy presente en melones, calabacines, pepinos, rosas y fresas. 
  • Mildiu: manchas marrones en el follaje y a veces un ligero fieltro blanquecino en el dorso. La enfermedad se extiende a las flores y los frutos haciendo imposible la cosecha. Muy presente en el tomate y la patata. 
  • Moho gris (botrytis): se desarrolla un fieltro gris en los frutos, las flores se marchitan, las hojas presentan manchas marrones, los tallos se secan. Muy común en las fresas, los pequeños frutos rojos, los tomates y las rosas. 
  • Moniliosis: vive en los frutos momificados o podridos en el suelo, pero también en las heridas. En los frutos se desarrollan manchas beige en círculos concéntricos de puntos blancos o marrón claro que se ablandan y se pudren. Esta enfermedad afecta al huerto. 
  • Roya: manchas circulares anaranjadas en las hojas con pústulas en el reverso. Esta enfermedad es común en las rosas, las malvarrosas y el pelargonium, pero también en las patatas o las judías. 
  • Marssonina (enfermedad de la mancha negra): manchas negras con un halo amarillo en el follaje que acaba cayendo. Patología muy frecuente en los rosales.