Los mosquitos son muy diversos, con unas 3.500 especies diferentes en todo el mundo, unas 100 en Europa y 170 en Norteamérica.

Dentro del ecosistema, los mosquitos forman parte de la fuente de alimento de animales como peces, ranas, aves o murciélagos.

Pero para los humanos y muchos otros animales son uno de los animales más mortíferos del mundo. Su capacidad para transmitir y contagiar enfermedades a los humanos causa más de 400.000 muertes al año.

Motivo: aunque tanto los mosquitos macho como las hembras se alimentan de néctar y jugos de plantas para obtener energía, en muchas especies las hembras necesitan además los nutrientes de la sangre para producir huevos. Al alimentarse de sangre de distintos huéspedes, los mosquitos se convierten en vectores de parásitos y patógenos infecciosos entre humanos, o de animales a humanos. Entre las enfermedades transmitidas por vectores están la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, la fiebre del Nilo occidental o el Zika, que se distribuyen sobre todo en las regiones tropicales y subtropicales.

Existe una gran variedad de comportamientos de los mosquitos en relación con los huéspedes hematófagos:

Algunas especies de mosquitos se han especializado en huéspedes específicos, mientras que otras pican cualquier cosa que encuentren. Una cosa que todos los mosquitos tienen en común es que pasan sus fases inmaduras en el agua.

Diferentes especies pueden tener modos de vida completamente distintos. Algunas especies aparecen en densidades relativamente bajas, mientras que otras se agrupan en masas, como los mosquitos de agua inundada. También hay diferencias en cuanto a la dieta: Algunas especies se han especializado en hospedadores específicos, y otras pican cualquier cosa que encuentran. Estas diferentes formas de comportamiento tienen una importante influencia en el papel que desempeñan los mosquitos como vectores de enfermedades.