La eco-jardinería es la jardinería sostenible inspirada en la naturaleza.

Significa tener en cuenta las interacciones entre los diferentes elementos vivos del jardín: suelo, plantas, agua…

Fomentar la presencia de elementos vivos que consideramos útiles, como los insectos beneficiosos.

Regular los que se consideran perjudiciales (como los pulgones).

La eco-jardinería requiere un enfoque global del jardín, con la aplicación de métodos culturales y el uso de soluciones alternativas o de biocontrol.

Aquí tienes nuestros 10 consejos para empezar, e iniciarte en la eco-jardinería:

1 Coloca tu planta en las mejores condiciones:

Debes colocar tu planta en las mejores condiciones (suelo, clima, proximidad con plantas «amigas») y tener en cuenta sus necesidades para que pueda defenderse de todas las agresiones externas.

2 Elije especies adaptadas a tu región:

Especies producidas localmente y adaptadas a su región y ten en cuenta los diferentes suelos y la exposición de tu jardín.

Recuerda que «en cada lugar de tu jardín hay una planta que se desarrollará bien allí, pero esa misma planta no crecerá en todos los lugares de tu jardín».

3 Recuerda alimentar tu suelo, y por tanto las plantas:

Aporta a tu suelo exclusivamente abonos naturales, y asegúrate siempre de que esté cubierto por plantas o mantillo, ¡como en el bosque! El suelo es una verdadera fábrica de abono para la materia orgánica que le aportas, está vivo. 

4 Combina tus plantas:

Aplica el principio compañerismo. Algunas plantas funcionan bien juntas y otras no tanto.

5 Piensa en la rotación de cultivos:

En el huerto, no cultives las mismas familias de hortalizas en el mismo lugar varios años seguidos, la rotación de cultivos evitará que tu suelo se quede sin ciertos nutrientes y limitará las poblaciones de plagas.

Una plaga que encuentra tu planta todos los años en el mismo lugar se multiplicará más fácilmente.

6 Restaura el equilibrio de la fauna:

Favorece la llegada de auxiliares, mariquitas que eviten la invasión de pulgones, pájaros colocando cajas nido o creando refugios en tu jardín, plantando plantas atractivas para ellos… y evita la invasión de plagas manteniéndolas por debajo del umbral de molestia. 

7 Crea una diversidad de ambientes:

Cultiva una multitud de especies vegetales diferentes que, a su vez, serán lugares de vida para una multitud de animales.

¡Tu jardín puede albergar una fantástica biodiversidad vegetal y animal!

El objetivo no es erradicarlos porque en este caso los beneficiosos se irían de su jardín y dejarían el campo abierto a una nueva invasión, es decir, para evitar los daños de los pulgones, ¡tenga pulgones para alimentar a sus mariquitas!

8 Crea un abrevadero:

¡Incluso un pequeño estanque de uno o dos metros cuadrados con plantas acuáticas constituirá un fabuloso ecosistema!

9 Observe tu jardín:

Conoce bien tu jardín para intervenir más en la prevención que en la cura.

10 Previene más que cura:

Utiliza productos preventivos, productos de biocontrol respetando las dosis y las condiciones de uso.

La eco-jardinería es una unión sostenible entre tú y tu jardín.